domingo, 15 de noviembre de 2015

FIESTA PATRONAL DE LA INMACULADA VIRGEN DE LA PUERTA
EL MILAGRO DEL ANILLO
VIRGEN DE LA PUERTA
Cierto día, poco antes de comenzar la novena de su fiesta, llegó a pie a Otuzco, procedente de un poblado denominado Chimur, una devota muy pobre. Deseaba mandar a celebrar una Santa Misa durante la novena, por una intención particular muy apremiante. Como no poseía dinero para encomendar la Misa, pidió limosnas por todo el pueblo hasta obtener la cantidad suficiente. Satisfecha con el resultado, solicitó al párroco local, un sacerdote de apellido Landa, la celebración de la Misa. Pero satisfacer a última hora ese deseo por ocasión de la fiesta de la Patrona era imposible, debido a los múltiples pedidos de Misas que se acumulaban para esas fechas. Desconsolada, la pobre mujer renovó el pedido, que no pudo ser atendido por el sacerdote. Comenzó, entonces, nuevamente a pie, el viaje de regreso a su pueblito. A mitad de camino, se encontró la desconsolada mujer con una joven Señora, de porte majestuoso. Le pareció extraño que tan digna persona anduviese sola por aquellos pobres parajes. La Señora le entregó un precioso anillo, y le aconsejó volver inmediatamente a Otuzco y renovar al padre el pedido de la Misa, pero sin referirse a ese inesperado 
encuentro. La devota siguió la recomendación y retornó, siempre a pie, a la casa parroquial. Es de imaginarse la sorpresa del sacerdote, al reencontrar aquella humilde mujer que insistía en la celebración del Santo Sacrificio, mostrándole la joya que él conocía perfectamente: era, ni más ni menos, el valiosísimo anillo usado por la imagen de la Virgen de la Puerta en su altar. Nadie había notado su desaparición. Y no le sería posible a la pobre mujer apoderarse de esa joya en aquellos días, en medio de la multitud de fieles. Ante tal demostración de predilección de la Madre de Dios por aquella fiel devota, el sacerdote inmediatamente concordó en celebrar la Misa. * * * Se dice de María Santísima, parafraseando la Escritura, que Ella tiene en sus manos “la llave que abre y nadie cierra; que cierra y nadie abre”. En los conturbados días que nos toca vivir, frente a tantos problemas insolubles y dificultades insuperables que nos agobian –tanto espirituales como materiales– tengamos presente la admirable invocación de Nuestra Señora de la Puerta, y pidámosle que Ella abra las puertas de la solución a todas nuestras necesidades, como a las de nuestros seres queridos y de nuestro atribulado Perú; y las cierre a las influencias perversas del pecado y del desorden.
DÍAS DE LA FESTIVIDAD
La Festividad de la Virgen de la Puerta de Otuzco, en la región La Libertad, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura, en reconocimiento a la gran devoción que suscita entre sus fieles y su antigüedad de casi 350 años, que constituye un referente de identidad local.
El origen de la devoción de esta festividad religiosa –cuya fecha central se celebra anualmente desde el 15 de diciembre de 1664-, deviene que el siglo XVII, ante la alarma de una invasión de piratas europeos, se colocó la imagen de la virgen en las puertas de la ciudad de Otuzco para impedir el saqueo.
El retiro de los piratas fue considerado un milagro de la virgen y desde ese momento, surgió el nombre y el culto de la imagen Virgen de la Puerta.
La celebración de la Mamita de la Puerta, como también se le llama, comienza formalmente el 12 de diciembre, fecha en la que se arregla su altar y se culmina la novena en su honor. Por la noche se realiza una verbena popular.

El día siguiente, 13 de diciembre, con los pies cansados pero con el corazón rebozando de emoción, los peregrinos van llegando paso a paso para su encuentro con la “Mamita”, aquella imagen de mirada tierna que ofrece prodigar la paz que tanto necesita esta convulsionada sociedad.Son miles los fieles que recorren los 75 kilómetros que une Trujillo con la provincia andina de Otuzco, en la región La Libertad, para renovar la fe en la sagrada imagen de la inmaculada Virgen de la Puerta.

DANZAS TRADICIONALES

 NEGRITOS

Con ansias los miles de lugareños y foráneos devotos de “La Mamita” esperan la danza de "Los Negritos" durante la procesión por el día central de la festividad en honor a la Virgen de la Puerta de Otuzco, que se celebra mañana y además concentrará a diferentes asociaciones de "Negritos" trujillanos.
Esta es una manifestación folklórica típica de Otuzco (La Libertad) con ciertas peculiaridades como la vestimenta denominada "Cotón", el sombrero de junto remandado con una flor roja, el pañuelo rojo que usan en el cuello y la cadena delgada como símbolo de su origen esclavo colocado en la cintura.
“Los Negritos” recorren las calles junto a la Virgen de la Puerta, cuando sale en procesión, pregonando cánticos en su honor y  desarrollando diferentes coreografías al ritmo de instrumentos de percusión, mientras hacen sonar rítmicamente sus cadenan que cuelga de la cintura.
LOS NEGRITOS


GITANOS
Según la historia, la danza de Gitanos se remonta a tiempos de la colonia como consecuencia de una transculturización que se produjo con los españoles y nuestra raza. Españoles que ya habían sido sometidos 70 años antes aproximadamente por los Mozarabes, de allí llegaron a nuestro territorio gente de dos culturas fusionadas en una, llamados GITANOS. El primer documento que da una evidencia de su presencia en el continente Europeo es de 1425.

La historia de los gitanos ha sido una historia oculta marcada por la persecución, por las torturas y la exclusión.Los Gitanos, desde entonces eran personajes que se les veía con mucha curiosidad, pues recorrían de pueblo en pueblo, presentando espectáculo de bailes, cantos, magia o como adivinadoras del futuro.

A su llegada a nuestro territorio, sus costumbres y sus bailes acompañados de zapateos fueron aprehendidos por los pobladores de los alrededores, haciéndolo parte de su folklore. Era un pueblo alegre y lleno de música.
Por tal motivo y en su afán de preservar las costumbres e ideologías de la época se fue transmitiendo de generación en generación hasta nuestros días.
Esta danza a echado sus raíces en la provincia de Otuzco saliendo en comparsa cada 15 de diciembre en homenaje a la Virgen de la Puerta, y está formada por hombres y mujeres de diferentes edades.

Antes solo era ejecutada por mujeres, ya que el elemento femenino dentro de la comparsa demuestra pureza y respeto hacia la Virgen a quien brindan adoración.

En la actualidad el distrito de Laredo, es la que conserva con mayor fidelidad el desarrollo y ejecución de la danza.

LOS GITANOS

INMACULADA VIRGEN DE LA PUERTA

HISTORIA:
La historia de la Virgen de la Puerta comienza con un caso de piratería, ocurrido en la ciudad de Trujillo. En el año de 1674 apareció a la altura de Huanchaco una flota pirata que ya había cometido crímenes en el puerto de Guayaquil y en la entonces próspera villa de Saña, hoy desaparecida, donde falleciera el Arzobispo de Lima Santo Toribio de Mogrovejo en 1606.
Los habitantes de Trujillo quedaron evidentemente atemorizados con la aproximación de esa flota y enviaron emisarios a todas las ciudades y villas de la región, entre ellas a Otuzco, situada en la sierra, a 70 Km. de distancia.
Los vecinos del pueblo quedaron también muy preocupados. Y, no disponiendo de murallas ni contando con ninguna posibilidad de defensa, decidieron recurrir a Aquella que la Sagrada Escritura llama “terrible como un Ejército en orden de batalla”. Así, como recurso extremo, decidieron colocar en la puerta de la ciudad una imagen de Nuestra Señora de la Concepción, devoción que las Ordenes religiosas habían popularizado mucho antes de la proclamación de su dogma por Pío IX, en 1854.
Había en Otuzco una ermita dedicada a la Virgen de la Concepción, debida a la devoción de una ilustre dama, Doña Florencia Mora de Sandoval, célebre por los incontables actos de caridad que practicó.
Curiosamente no fue esa imagen, Patrona de la ciudad, la que se colocó en la puerta, pues una costumbre del Virreinato exigía que ella saliese de su altar en la iglesia solamente para la procesión en el día de su fiesta. Muy respetuosos de las costumbres vigentes, los habitantes de Otuzco no quisieron retirar a la Patrona de su lugar, ni siquiera ante esa inminente calamidad.
Así, quedó defendiendo la puerta de la ciudad otra imagen de Nuestra Señora de la Concepción, traída años antes de Venezuela para realizar procesiones de la Inmaculada fuera de los días de fiesta oficial. Tal imagen tiene un metro de altura, y se halla asentada sobre un trozo de roca de un palmo de alto, toda forrada de plata.
Después de colocarla precisamente en el lugar donde, en cualquier momento, se esperaba la aparición de los piratas, la población estaba compenetrada de que sólo les quedaba rezar y confiar en la protección maternal de María Santísima. Tres días y tres noches permanecieron los habitantes orando juntos en la puerta de la ciudad, a los pies de la imagen, aguardando el temido ataque.